viernes, 15 de febrero de 2008

Max y la morfología



Las dos páginas anteriores pertenecen, creo que ya lo sabéis, a la obra que ha ganado el primer Premio Nacional del Cómic, "Bardín el superrealista". Su autor es Max. He pensado que se pueden usar para estudiar algo de morfología. En algún momento, aunque les pese, los alumnos habrán oído hablar de conceptos como monema, morfema, composición, derivación... y otros, que no es cuestión de anotar ahora. Demos por supuesto que saben qué es un elemento compositivo y que tri- (raíz prefija lo consideran Seco, Andrés y Ramos en su Diccionario del Español Actual, por ejemplo) transmite el significado de 'tres' a aquellos lexemas a los que se une, la actividad consiste en localizar todas aquellas palabras que aparecen en las páginas encabezadas por tri- en las que sea, efectivamente, además de una sílaba, ese elemento compositivo. Comprobarán que no todas.
Con el mismo propósito se puede usar un texto de Mario Benedetti, "Todo lo contrario" del libro Despistes y franquezas:
--Veamos --dijo el profesor--. ¿Alguno de ustedes sabe qué es lo contrario de IN?
--Out --respondió prestamente un alumno.
--No es obligatorio pensar en inglés. En español, lo contrario de IN (como prefijo negativo, claro) suele ser la misma palabra, pero sin esa sílaba.
--Sí, ya sé: insensato y sensato, indócil y dócil, ¿no?
--Parcialmente correcto. No olvide, muchacho, que lo contrario del invierno no es el vierno sino el verano.
--No se burle profesor.
--Vamos a ver. ¿Sería capaz de formar una frase más o menos coherente, con palabras que, si son despojadas del prefijo IN, no confirman la ortodoxia gramatical?
--Probaré, profesor: "Aquel dividuo memorizó sus cógnitas, se sintió dulgente pero dómito, hizo ventario de las famias con que tanto le habían cordiado, y aunque se resignó a mantenerse cólume, así y todo en las noches padecía de somnio, ya que le preocupaban la flación y su cremento."
--Sulso pero pecable --admitió sin euforia el profesor.
El ejercicio exige el uso del diccionario, claro. Y puede ser una buena ocasión para presentar a los alumnos un diccionario etimológico. En fin, por hacer se pueden hacer muchas cosas. Así, por ejemplo, historia literaria: no porque el personaje Cirlot sea, si no me equivoco, un homenaje al escritor Juan-Eduardo Cirlot, sino sobre todo porque a lo mejor les llama la atención el juego al que se dedican los protagonistas de las viñetas, pues no está muy lejos de las llamadas peleas de gallos del hip hop, ese mundo tan querido y admirado por muchos. Buena oportunidad, entonces, para hacerles ver que esos combates de ingenio más o menos literario son algo bastante viejo, basta pensar en los debates de los trovadores medievales o en las competiciones populares de bersolaris. Nada nuevo bajo el sol, por lo tanto: habrá cambiado la moda (a peor, en mi opinión: esas gorras, esos pantalones anchos caídos...), pero no el juego. Por cierto, ¿y si los alumnos prueban a hacer un combate poético?

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